1. Falta de diferenciación: ofrecen lo mismo que todos, sin una propuesta única.
2. Poca calidad en los productos: materiales baratos o acabados deficientes que generan mala reputación.
3. Mala atención al cliente: demoras, poca comunicación o incumplimientos.
4. No invertir en marketing: sin presencia en redes o publicidad, no llegan a nuevos clientes.
5. Precios mal calculados: cobrar muy poco o no tener control de costos lleva a pérdidas.
6. No adaptarse al mercado: no siguen tendencias o no escuchan a sus clientes.
7. Desorganización interna: mala gestión de pedidos, inventario o tiempos de entrega.
El éxito requiere estrategia, constancia, buena imagen, calidad y conexión con el cliente.

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